Donde hoy se encuentra el faro que usted observa, los árabes construyeron en el siglo IX una torre de vigilancia cuyos restos aún hoy pueden verse junto al faro. Esta torre de Trafalgar, fue parcialmente derrumbada a mediados del siglo XIX para construir con sus restos el faro actual. Antes de los árabes, durante la época romana, donde hoy se levanta el faro de Trafalgar, existía un templo con un altar dedicado al dios Juno. Recientemente, prestigiosos investigadores han descubierto vestigios sumergidos y subterráneos de un importante puerto e industria de salazón en este enclave, probablemente de época fenicia.
Para la construcción del faro se aprovecharon los materiales de la torre almenara. El faro de Trafalgar sigue funcionando como tal, y el estado de conservación es bueno.
Del mismo modo, en el entorno al faro puede contemplar la conocida como “Playa del Faro”, tratándose de una playa de 900 metros de longitud, catalogada como playa natural con protección especial, ya que forma parte del monumento Natural Tómbolo de Trafalgar. La arena arrastrada por mareas creó un doble tómbolo o lengua que unieron el islote con la costa, encerrando una depresión encharcada por la lluvia. Al retirarse el mar, el viento originó sistemas dunares en las playas al sur del islote, contribuyendo a su fosilización. En la antigua costa, el levante desarrolló otro sistema dunar, hoy cubierto de sabinas y lentiscos.