En estas aguas tuvo lugar la batalla de Trafalgar, el 21 de octubre de 1805, entre las flotas combinadas de Francia y España, y la de Gran Bretaña. Los ingleses, con el almirante Nelson a la cabeza, infligieron una severa derrota a franceses y españoles, dejando cimentado su dominio del mar y la imposibilidad, por tanto, de que Napoleón pudiese invadir a corto plazo Inglaterra, objetivo último de esta campaña.
Cincuenta y nueve barcos participaron en la batalla, de los cuales, 15 eran españoles, 18 franceses y 26 ingleses. No está claro cuantas personas perecieron en la misma. Se estima que entre 3.000 y 4.000 pudieron ser las víctimas del combate, aunque quizá estas cifras deban ser aumentadas. Los mismos comandantes de las flotas perecieron en la batalla o a consecuencia de ella.
La gente de la costa ayudó inmediatamente a los que llegaron heridos a las playas, sin distinción de nacionalidad, hasta el punto de que la Armada británica felicitó a las autoridades españolas por tan magnánimo gesto de solidaridad con las víctimas.
Hoy, en memoria de la batalla, existe una plaza en Londres que lleva su nombre. Trafalgar también es la batalla naval más representada en la pintura de toda la historia del arte.